Los estudios y los resultados escolares de nuestros hijos son uno de los puntos que más nos preocupan, tener unos buenos hábitos y empezar desde muy pronto a trabajar en ellos nos pueden ayudar posteriormente.
Hay muchos de estos hábitos que todos conocemos y haremos un repaso rápido, hay otros que muchos padres no contemplan y que son vitales, de ahí la razón de este artículo.
Para empezar vamos a explicar que un hábito es una acción que a base de repetirla se convierte en nuestra manera de hacer las cosas, por esta razón es importante empezar cuanto antes ya que cuando nuestros hijos son adolescentes deberían llevar en su mochila muchos de estos hábitos y no es así, como consecuencia juntar los retos de la adolescencia con la creación de estos hábitos dificulta mucho más esta etapa.
En la infancia marcamos los hábitos y a través de su repetición, los afianzamos; en la adolescencia los deberemos adaptar a sus nuevas necesidades y en la juventud los recordamos e intentamos que por sí mismos los readapten a sus nuevas necesidades.
Alimentación:
Hemos mejorado mucho en cultura alimentaria, aunque no siempre cumplimos con lo que sabemos. Sabemos que la dieta de nuestros hijos tiene que ser variada y equilibrada. Debemos intentar que prueben cosas nuevas ya que el gusto se educa. La fruta y la verdura deben aparecer diariamente en su dieta, la carne y el pescado deben aparecer por partes iguales y sobretodo debemos enseñarles a beber mucha agua y de manera continua a lo largo del día, este es uno de los hábitos más importantes de nuestra dieta, los seres humanos somos un 70% de agua, así que poco más hay que decir al respecto.
Hay niños que comen más y otros menos, no los comparemos. Que no nos preocupe la cantidad y sí la calidad. La comida no puede convertirse en un suplicio, ni se puede eternizar, así que si tenemos un hijo/a lento marquemos un tiempo prudencial y si no ha terminado, retiremos el plato, (mi pediatra me recordó un día que no hay ningún niño en el primer mundo que se muera de hambre porque algún día se le ha retirado el plato).
Debemos intentar al menos hacer una comida al día con nuestros hijos, y que esa se convierta en un momento íntimo y familiar.
Y para terminar con este apartado, también debemos intentar que las comidas se hagan en el mismo horario, de esta manera ordenamos nuestro cuerpo y sus necesidades, (podemos ajustarla los fines de semana, ya que todos seguimos otros horarios).
Descanso:
Dormir las horas necesarias y descansar bien es una de las rutinas que mejor ayudan en los estudios, si la cabeza no obtiene su merecido y placentero descanso, después no funciona como debe.
Así que iremos adaptando los horarios (que deberían ser también siempre los mismos, o sea ir a dormir siempre a la misma hora ) a las edades de nuestros hijos. La hormona del crecimiento se activa cuando duermen, de ahí que los bebes y los niños pequeños deban dormir muchas más horas. Los adolescentes también necesitan dormir mucho, así que no nos extrañemos si cuando nuestro hijo/a entra en la adolescencia duerme más, ya que es una necesidad vital, si duermen bien por la noche (mínimo 8 horas) no necesitarán irse estirando a lo largo del día que es lo que hacen muchos adolescentes, con la consecuente preocupación de sus padres.
Rutina:
No hay nada mejor para el estudio que asentar unas bases rutinarias.
- Orden: los niños y los no tan niños necesitan orden en su vida para conseguir centrar su cabeza en el estudio. Este orden se encontrará en varios espacios, como por ejemplo en su habitación, por tanto ya desde bien pequeños les debemos enseñar esta tarea. Con los adolescentes se pueden marcar unas obligaciones diarias concretas como hacer la cama, recoger su ropa… y marcar un día a la semana de orden más exhaustivo.
- Horarios: para estructurar bien el cerebro y prepararlo pare el estudio fijar unos horarios para las obligaciones es importante, horas de comidas como ya hemos mencionado, horarios de baños, horarios para ir a dormir y horarios para hacer deberes y jugar. También hay que poner límites muy claros y no reparar en esfuerzos para decidir y enseñar cuántas horas se ve la televisión, se juega a la consola, tablet, etc… Ya sé lo cómodo que es tenerlos jugando con las consolas y olvidarnos, pero su adicción puede crecer y la sobre estimulación no los ayudará para nada a la hora de concentrarse, como mucho los niños pueden tener dos horas de todas estas actividades sumadas, al día.
Si empezamos con esta disciplina de bien pequeños tenemos mucho ganado, no se trata de ser robots pero sí de que ellos vean que hay un tiempo para cada acción. Por ejemplo cuando un niñ@ tienen 6 años y empiezan a leer marcar que cada día lean 10 minutos, sólo son 10 minutos y conseguiremos que vaya creciendo el hábito y el gusto por la lectura.
Actividades extraescolares:
La actividad física es básica tanto para el cuerpo como para la mente. Todos los niños deberían hacer por lo menos una hora de actividad física al día. Por tanto si no hacen alguna extraescolar física, debemos potenciar el juego activo (bici, patines, correr por el parque, bailar en casa con los juegos de la consola…) cuando hablamos de chicos mayores los enviamos a sacar el perro, tirar la basura, que no usen el ascensor y suban las escaleras… Con la actividad física oxigenamos más y mejor nuestro cerebro, de ahí el famoso dicho: » Mens sana in corpore sano».
Las actividades extraescolares son buenas, pero no debemos abusar de ellas ya que nuestros chicos ya están muchas horas en el colegio y debe quedar tiempo para jugar, hacer deberes e incluso aburrirse que es muy productivo para la creatividad.
Las actividades extraescolares han de ser un momento de ocio, de diversión y de desconexión, así que presionaremos lo justo y necesario, no lo convirtamos en una lucha, si no les gusta la actividad que hemos/han escogido que prueben otras.
Trabajar su inteligencia emocional:
Cada vez más, sabemos lo que influyen las emociones en nuestro rendimiento, así que hay que buscar la manera de trabajar las emociones positivas en nuestros hijos. Cuando hablo con adolescentes que han tenido malos resultados en el instituto, muchos de ellos me hablan de baches emocionales y de épocas de tristeza o ansiedad. Ellos son muy conscientes de lo que afectan las emociones a su rendimiento académico, así que desde bien pequeños debemos cuidar su educación emocional, que entiendan las emociones y sobretodo que aprendan a gestionarlas.
Hay numerosos libros que nos pueden ayudar en esta tarea. Es nuestra obligación documentarnos, informarnos y aprender sobre las emociones. Para unos buenos resultados académicos afecta más la inteligencia emocional que la intelectual, no perdamos de vista este dato!
Explicar los beneficios de los hábitos que están adquiriendo es una parte básica de su aprendizaje.
Artículo aparecido en otros medios de comunicación y entrevista en radio IB3:
- http://www.sortirambnens.com/consells/consells-pels-pares/9525/habits-saludables-per-millorar-el-rendiment-escolar
- http://www.mujeresreales.es/ninos/articulo/mejora-su-rendimiento-escolar-361447406062
Promovamos juntos en las chicas, chicos y sus familias un estilo de vida diferente a través de la unión familiar y teniendo el juego como protagonista de esta gran aventura, donde se diviertan aprendiendo juntos; valores, idiomas, sus derechos, el cuidado de las mascotas y el medio ambiente.
¡Qué tal si nos unimos y juntos promovemos; Los juegos, las grandes aventuras, la unión y el aprendizaje en familia!
Continúa compartiendo y disfrutando esta gran aventura; hagamos que llegue a más chicas, chicos y sus familias.
Totalmente de acuerdo Tatiana!
Muchas gracias!