1.- Sonríe aunque no tengas muchos motivos.
Dicen que es la manera más fácil de falsificar la información que mandamos a nuestro cerebro. Desde que somos pequeños hemos enseñado a nuestro cerebro que cuando sonreímos estamos contentos. Esa información está guardada en el disco duro. Así que cuando el día se tuerza, puede ocurrir y ocurre, piensa en algo que te produzca una sonrisa franca. Mantén esa idea un rato en tu cabeza y luego continua con lo que estabas haciendo.
2.- Abraza
A la gente que quieres, a la que te gusta ver, con la que acabas de vivir un intenso momento. Da lo mismo cual sea la razón. Procura que ese abrazo dure 6 segundos como mínimo (para que el cerebro reciba los beneficios de un abrazo, que son muchos, éste debe durar 6 segundos mínimo).
3.- No juzgues
(emitir un juicio de valor sin tener toda la información al respecto nos puede llevar a equivocarnos).
Un día un amigo me contó una historia estremecedora relacionada con un juicio de valor. Estaba en el metro volviendo a casa, después de un día cargadito en el trabajo.
En su vagón había un padre con sus tres hijos, el hombre iba sumido, en lo que parecía, un ensimismamiento grande y los chicos iban saltando y gritando como locos, molestando a todo el vagón en general. Se colgaban de las barras, reían, gritaban y saltaban mientras su padre seguía abstraído en sus pensamientos.
Uno de los chicos, finalmente, le dio un porrazo. Lo que provocó que se levantara y bastante enfadado se dirigió a aquel hombre para pedirle que controlara a su manada, mi amigo dijo manada con toda su mala intención, ya que los chavales parecían más animalillos que personas. Cuando aquel hombre levantó la mirada y se topó con la cara enfurecida de mi amigo, esbozó una mueca que parecía una sonrisa y se disculpó por el comportamiento de sus vástagos, de repente empezó a llorar…. Mi amigo estupefacto no sabía qué hacer ni a qué se debía dicha reacción. Cuando el hombre consiguió tranquilizarse un poco, explico a mi amigo que venían del hospital dónde su mujer y madre de los niños había fallecido unas horas antes. Creo que mi amigo aprendió una lección de por vida.
4.- Escucha de verdad.
Si escuchas a alguien que sea de verdad, no pensando en otras cosas y/o esperando a que acabe nuestro interlocutor para decir la nuestra. Cuántas veces hemos observado que buscando la réplica a nuestro interlocutor hemos perdido mucha información que se nos ha comunicado. Escuchar de verdad requiere de práctica, no sólo nos quedaremos con las palabras, hay que analizar los tonos, los silencios, las pausas, los ojos, los gestos que acompañan a las palabras, etc.
5.- Intenta entender antes de ser entendido.
Somos una sociedad tan egocéntrica e individualista que pocas veces intentamos entender a la persona que tenemos delante. Trabajar en la empatía, que principalmente de esto trata este punto, nos ayudará a ser un poco más felices. Ya que normalmente la gente actúa como actúa por unas circunstancias concretas. Intentar entenderlas nos abre un nuevo mundo de comprensión. No todo es justificable, está claro, pero muchos de los comportamientos que observamos, tienen una justificación atenuante, al menos para la persona que la ha cometido. De nosotros depende como decidamos tomarnos los hechos.
6.- Permítete sacar el niño que llevas dentro en algún momento del día.
No hablo de actuar irresponsablemente. Sino de bailar, cantar, jugar, hacernos cosquillas, gastar una broma… algo que nos aleje un poco de nuestra vida adulta y nos acerque al mundo infantil del cual venimos y dónde probablemente teníamos muchos momentos de diversión y alegría.
7.- Respira profundamente unas tres veces al día.
Haciéndolo de manera totalmente consciente, avisando a todo nuestro cuerpo que nos vamos a tomar 5 minutos para respirar. Estaría bien que lo hiciésemos a solas, en un lugar tranquilo.
8.- Perdónate los pequeños errores.
También debemos aplicar la empatía con nosotros mismos, hay gente que se pasa el día fustigándose por sus errores. Lo lógico es aprender de nuestras equivocaciones.
Quiero explicar que un error es un juicio de valor, por tanto antes de perdonarlo o intentar cambiarlo, pensemos sinceramente si somos nosotros los que consideramos que es un error o es lo que ha juzgado alguien cercano, la sociedad o quién sea. En cuyo caso también tenemos que pensar en nosotros mismos y decidir si lo queremos realmente cambiar, modificar o anular.
Cuando estamos en un proceso de aprendizaje no nos podemos castigar por aprender más lentos o por volver a caer otra vez en un mismo error, posiblemente deberemos buscar otra manera de solucionarlo ya que la que estamos siguiendo no nos sirve. No todos aprendemos de la misma manera, hay que encontrar la propia y practicar y practicar y practicar.
9.- Regálate escuchar mucha música, alimenta el alma.
No conozco a nadie a quien no le guste la música, pero hay gente que pasa días enteros sin escuchar ni una canción. No nos lo permitamos, igual que no nos permitimos dejar de beber, comer, respirar o cualquier otra función fisiológica.
Me Han encantado los 10 consejos, que realmente, a veces te los tienen que repetir porque te olvidas de hacerlos. Hay algunos más difíciles que otros, ya que después de media vida, estamos intoxicados emocionalmente y llevarlos a cabo tienes que tener consciencia de ello.
Muchas gracias por los consejos, iré leyéndolos de vez en cuando para ir recordandolos
¡Sí Ruth, que cierto lo que dices!
¿Sabes qué dicen los expertos? Que para crear un nuevo hábito debemos trabajar en él 21 días seguidos, ¿crees que puedes convertir alguno de estos consejos en hábito? Estaría bien, ¿no?
Buenas tardes Sam
Primero de todo agradecer que me dediques unos minutos de tu preciado tiempo.
Te voy a responder sinceramente, de los 10 consejos, 2 ya son hábitos. Tanto el 6 como el 9!!
Ahora solo me queda ir trabajando en los 8 restantes, de uno en uno y con tiempo, para que se conviertan de consejos a hábitos.
Que bueno Ruth!!!!
Es tal cual dices, convertirlos en hábitos!!!