Todo el mundo habla de la inteligencia emocional, pero ¿sabemos realmente qué es?
Personalmente defino la inteligencia emocional como el arte de aprender a manejar las emociones de la manera más inteligente, para conseguir el mayor éxito en nuestras relaciones.
Es posible que en la actualidad sea uno de los conceptos más utilizados, vamos que se ha puesto de moda, y la siguiente pregunta que me formulo es: ¿a qué se debe?
Después de un pausado análisis personal he llegado a varias respuestas:
Siempre se ha dado mucha importancia a la mente racional y al coeficiente intelectual, que la tienen. Pero también hay muchos teóricos y estudiosos que se han dado cuenta que para tener una vida «exitosa» / «feliz» no sólo importa este tipo de inteligencia, sino que el hombre tiene, por suerte, un montón de inteligencias más, hace apenas unos 30 años se habla de las 7 inteligencias, pero con los avances que nos ha brindado la neurociencia, hemos llegado a hablar hasta de 20 inteligencias diferentes. Pues bien la tendencia hacia dónde nos lleva la neurociencia, la psicología y la psiquiatría es que la gran olvidada ha sido la inteligencia que trata las emociones. Esta mente emocional parece ser que es una de las que más influye, en esto que llamamos VIVIR LA VIDA.
Otra respuesta que me aparece, está resuelta con otra pregunta. ¿Por qué un humano con un coeficiente intelectual muy alto no es «feliz», se siente frustrado o no consigue el éxito personal que desea? Pues porque no sólo el coeficiente intelectual nos hace llegar a dónde queremos. En EEUU se han hecho muchos estudios al respecto y se ha estudiado la trayectoria de muchos alumnos brillantes en notas, se les ha seguido en su trayectoria laboral y se ha llegado a unas conclusiones un tanto peculiares, (no son todos los casos, por supuesto) pero se observa que otros alumnos con menos coeficiente intelectual han llegado mucho más lejos en sus objetivos, posiciones en las empresas, en sus vidas personales… es más, muchos de los alumnos brillantes están subordinados a los que no lo fueron tanto. ¿qué ha pasado? Pues la respuesta también es obvia, estas personas han sabido utilizar mucho mejor las herramientas que tenían a su disposición… seguramente han controlado mucho mejor las inteligencias que poseen y su mente racional junto con su mente emocional han trabajado unidas, con un mismo fin y una misma meta.
Así que vamos a mirar de entender cómo funciona esta mente emocional que nos va a brindar un sinfín más de posibilidades, para que podamos conseguir la META a la que queremos llegar. El coeficiente intelectual es el que es, no permitamos que las emociones lo manipulen, lo reduzcan o lo paralicen. Hagamos que nuestra mente emocional potencie aquello con lo que hemos nacido y con lo que indudablemente nos vamos a ir.
Tener conciencia de que somos humanos y nos vamos a morir, ¿o acaso alguien piensa que es inmortal?, es una de estas herramientas a las que suelo acudir, ya que nos hace ver la realidad de lo que estemos viviendo con otra perspectiva. Cada vez que tengamos un descontrol emocional causado por cualquier suceso, situémonos en la hipotética condición de que nos morimos, ¿qué haríamos con ese problema que nos está secuestrando nuestro raciocinio? ¿cómo lo resolveríamos? Posiblemente llegaremos a una nueva predisposición delante del problema. Muchos dicen que esta postura mía es muy radical, y yo pregunto ¿a caso no es radical quedar inmovilizado por una emoción?
Los más entendidos en la materia creen que hay cinco habilidades que debemos aprender para vivir con Inteligencia Emocional, ¿lo vemos?
Conocer las propias emociones: esta capacidad que parece tan simple cómo es el reconocer las propias emociones no es tarea fácil, hay que detectar qué sentimos en el momento justo en el que lo sentimos. Y observar qué nos lo ha provocado y cómo nos hace sentir. Verbalizar el sentimiento con explicaciones del tipo dónde lo sentimos (en el estómago, por ejemplo) nos ayudará.
Aprender a manejarlas: esta capacidad es sin duda una de las más difíciles. Hay que controlar pero nunca reprimir los sentimientos. Una vez lo hemos detectado (primer paso), hay que mirar cómo nos recuperamos. Por ejemplo: si nos sentimos tristes, lloramos, intentamos respirar y vamos viendo qué o quién nos da consuelo, nos vamos calmando, Pues debemos hacer lo mismo con el resto de las emociones. Ver cuál es la mejor manera de llevarla (cada persona puede encontrar una respuesta diferente para cada emoción). No debemos permitir que se enquisten.
La automotivación: debemos aprender a controlar nuestra impulsividad, aprender a esperar, saber que los éxitos tardan, y que hay que perseverar para que las cosas ocurran. Cuando nuestro cerebro se rinde delante de un reto hay que recurrir a la memoria y ver ejemplos de nuestra propia experiencia en que aprendimos a hacer algo que en un principio nos parecía imposible, ¡¡tenemos tantos ejemplos dónde nos hemos demostrado que con la práctica y el esfuerzo lo hemos conseguido!!
Empatía: una vez hemos aprendido de nuestras emociones debemos aprender que los demás también las tienen. Y después de detectarlas, intentamos entenderlas y sobretodo respetarlas. Vivimos en comunidad y somos animales sociales, así que cuanto antes lo aprendamos mejor. Y si no es así igual debemos buscarnos una casa en la montaña y aislarnos del mundanal ruido (¡es una opción!).
Manejar las relaciones: una vez hemos aprendido las anteriores habilidades, debemos actuar de acuerdo con las emociones de los demás, esto no quiere decir que olvides las tuyas, sino que actúes con los demás utilizándolas de la mejor manera.
Recuerdo una anécdota de mi hija cuando tan sólo tenía 3 años que me dejó perpleja, una amiguita suya lloraba cada día cuando su madre la dejaba en el colegio. Mi hija se le acercó de manera muy dulce y le dijo: no llores más, no te preocupes, tu mami te vendrá a buscar luego, cuando hayamos terminado. La niña se calmó al momento, ¿debía tener miedo al abandono?, mi hija captó su emoción y dio su propio consejo, por cierto, FUNCIONÓ.
Todo lo escrito es teórico, ahora hace falta que pases a la acción. Recuerda que para hacer un VIAJE por fácil o arduo que sea, hace falta: intuición, entrenamiento, perseverancia, paciencia y valor. ¡VAMOS!
Mucha gente carece de esta inteligencia y considero que es una asignatura obligada en las escuelas, pues el combinado de diferentes tipos de inteligencias, llevaran a nuestros hijos a una felicidad más plena.
Ojala todos pensasen como tu!!!! Mi gran meta seria impartir esa clase de inteligencia emocional!
Quiero agradecer a una gran profesional que a mi, particularmente me ayudo mucho, Fran ( Centro Orienta ). GRACIAS!!! A ti también, Samcoach x proporcionarmela.
Sin duda una de las mejores profesionales!!!!