Últimamente se habla mucho de la comunicación no verbal, se dice que alrededor de un 65% de lo que comunicamos no depende del habla sino de otros muchos elementos como por ejemplo: la entonación, los silencios, los gestos, los ojos y un largo etcétera.
Todos estos elementos son muy difíciles de controlar conscientemente y requieren de un entrenamiento profundo. Pero controlar el 35% que sí depende del habla, no es tan complicado. De ahí que escriba este artículo, para dar una clase práctica de lo que intento explicar, como ex-profesora que soy recurro a los ejemplos que creo que son la manera más sencilla de entender la teoría.
Veremos un ejemplo de comunicación efectiva que nos puede ayudar a resolver de manera práctica algunas situaciones.
Cuando alguien dice «ya no me quieres» por ejemplo, no está expresando lo que realmente parece, simplemente está enmascarando una necesidad de afecto, pero como no hemos sido educados para transmitir directamente nuestras carencias, nuestra comunicación surge así. Debemos aplicarnos en expresar lo que queremos de forma directa y sencilla, un «te echo de menos, me encantaría sentirte más cerca y más atento» , sería genial para empezar. Con un mensaje de este tipo podemos conseguir diferentes respuestas; analizaremos dos:
- Empezando por la óptima, el receptor nos dará ¡lo que pedimos!
- Pero se nos puede complicar, de manera momentánea, el momento deseado de atención. Es cuando el «contrincante» responde con algo parecido a esto: «eres muy egoísta… sólo piensas en ti . A lo cual, como animales inteligentes que somos tenemos otras opciones de respuesta.
¿Qué se puede analizar?
- No dejar que esa respuesta instantánea, aferrada a la creencia que se deben satisfacer las necesidades de otras personas antes que las propias, salga. Si aparece la culpa, amiga traicionera, se emitirá un mensaje parecido a esto: «tienes razón, perdona». No habremos conseguido lo que queríamos.
- También se puede pasar al ataque y dar por respuesta: «mira quién habla», aquí llegamos justo a lo opuesto que se estaba buscando. Aterrizamos en una BRONCA segura.
- Si se ha conseguido anular al ser que se siente responsable de alimentar las necesidades de los otros. La manera más inteligente de contestar será algo similar a: «me he sentido herido/a por lo que me has dicho, sólo intentaba tener un buen momento contigo, pero parece que tú estás más necesitado/a» esta respuesta conlleva, como mínimo, un diálogo que saldrá encaminado a cubrir las necesidades de los dos interlocutores.
Qué bueno sería volver a estudiar oratoria en los colegios y ver que la buena comunicación es la que abriga las emociones propias.
Parece que tenemos miedo a expresar lo que sentimos realmente y esta creencia está limitando la comprensión y comunicación entre las personas. Un don que no debemos olvidar. Hay que buscar las palabras que comunican lo que sentimos.
Otro ejemplo sería cuando digo: «me siento bien» este «bien» no muestra lo que sentimos en el fondo, es muy impreciso, en cambio si digo: «me siento eufórico, alegre, aliviado…» conectamos mucho más con nuestro SER y la persona que nos escucha nos entiende mejor.
Si asumimos la responsabilidad de nuestros sentimientos y la de comunicarlos también tenemos que conseguir ver que muchas veces hemos caído en errores graves de interpretaciones equivocadas de lo que nos habían dicho por ceñirlo a nuestras necesidades y a nuestras expectativas. No interpretemos ni juzguemos, escuchemos que sentimiento esconde el mensaje que se nos envía y adoptemos una escucha y una comunicación más directa y clara.
«Las palabras influyen en nuestros pensamientos. Nuestros pensamientos en nuestros sentimientos. Nuestros sentimientos lideran nuestros comportamientos» Goleman
«Hay que buscar las palabras que comunican lo que sentimos.»
Siempre!
Exactamente Cocoin!!!! Hablar desde los sentimientos es la manera más efectiva de comunicarnos y sobretodo la menos agresiva…